La Prueba Pisa además de evaluar el desempeño de estudiantes en Matemáticas, Ciencias y Lectura, ha empezado también a medir otras habilidades en los sistemas educativos de los países del mundo, como es el caso ahora del pensamiento creativo.
Esta es una habilidad superior, que si bien puede traer beneficios en el ámbito laboral, su integración efectiva en las salas de clases ha tenido dificultades, además de asociarse únicamente a las áreas artísticas y de humanidades, cuando en realidad puede ser desarrollada en todas las asignaturas.
Pensamiento creativo lo define PISA como “la competencia para involucrarse productivamente en la generación, evaluación y mejora de ideas que pueden dar como resultado soluciones originales y efectivas, avances en el conocimiento y expresiones impactantes de la imaginación”.
PISA considera 3 facetas de los estudiantes para medir su pensamiento creativo, que son básicamente la generación de: ideas diversas (distintas entre sí); ideas creativas (que no se le ocurren a muchas personas); evaluaciones y mejoramientos de ideas previas.
Asimismo el pensamiento creativo se puede generar a través de la expresión escrita, visual, la resolución de problemas sociales, y científicos.
Los resultados de Chile
Nuestro país está 3 puntos debajo del promedio de la OCDE, 10 puntos debajo de Singapur, y 8 debajo de Corea del Sur y Canadá, países que ocupan el podio. Sin embargo, estamos por sobre los países latinoamericanos participantes: México, Uruguay, Costa Rica, Colombia, Perú, Brasil y otros más.
Los estudiantes chilenos encabezaron también una lista de 6 países que obtuvieron 4,5 puntos o más de lo esperado en pensamiento creativo matemático, lo que significa que es posible que alumnos con bajas y altas calificaciones en esta asignatura puedan tener un buen desempeño en pensamiento creativo.
En cuanto a los niveles de desempeño, el 19,9% de los estudiantes chilenos se ubicó en el nivel 5 y 6, los de mayor rendimiento creativo, mientras que el 25,1% en el nivel 4. En definitiva, un 73% de los estudiantes se ubicó sobre el nivel 3, lo que ya es considerado un resultado positivo.
Eso sí, el informe destaca la evidente debilidad de los estudiantes chilenos para solucionar problemas en sus círculos sociales.