Eric Juica conoció a su ex pareja en 2020, y desde un principio que desde la familia de la mujer notaron conductas a lo menos extrañas en él. Pero no fue hasta el verano de 2022 cuando recién pudieron comprobar sus sospechas, cuando durante un viaje al extranjero la mujer llamó a Chile pidiendo auxilio.
Desde esa fecha que su familia está en conocimiento de las agresiones psicológicas y físicas que ocurrían al interior de la relación, sin embargo ella estando bajo amenazas pedía a sus cercanos no denunciar al hombre. Esto hasta la semana pasada.
“Eric es el tipo de persona que te golpea la mesa para que le sirvan un plato de comida”, o frases como “las mujeres sólo sirven para traer a los hijos” eran las que Juica soltaba en reuniones sociales, comenta la hermana de la víctima.
La relación entre Eric y la familia de su ex pareja era distante desde antes que se conocieran los episodios de violencia -les daba mala espina- y en las pocas visitas que hubo a su casa, por ejemplo, dejaba clara la separación “hombres afuera en la parrilla, mujeres dentro”. La misma hermana asegura incluso haber visto en su biblioteca personal libros sobre temáticas fascistas y el régimen nazi.
Durante el verano de 2022 la pareja decide viajar y hacer la ruta Ecuador-Bolivia-Perú, y es casi regresando a Chile a finales de febrero, cuando de madrugada la mujer llama a su hermana en Chile para decirle que Eric la ha golpeado, que la policía peruana no hizo nada, y que ya la atendieron en el hospital.
Al menos, para tranquilizar a su hermana, le comenta que consiguió dónde dormir gracias a otra huésped del hotel que le facilitó alojamiento.
Al día siguiente cuando regresó a Chile tuvo la oportunidad de denunciar en el aeropuerto de Santiago lo sucedido, sin embargo decidió no decir nada. Luego, al llegar a Curicó la misma hermana la revisó debajo de la ropa encontrándole moretones y rasmillones en distintas partes del cuerpo, por lo que la increpa, ella simplemente le responde “es que me confundí”.
En mayo de este año, casi dos meses prematuro nace el hijo de ambos, y durante todos los meses previos Eric hizo que ella se fuera a atender a Concepción debido a que su padre era ginecólogo y trabajaba allá.
En su calidad de Administrador Municipal, Juica dispuso muchas veces de camionetas de la Municipalidad de Sagrada Familia para estos viajes.
Cuando nació el bebé llamó la atención en la familia de la madre que Juica no se haya tomado ninguno de los cinco días legales que tienen los padres para estar con sus hijos, esto por motivos laborales según él mismo les comentó.
Como si fuera poco, el recién nacido luego estuvo hospitalizado un mes hasta que lograse alcanzar cierto peso, periodo en el que Juica aparece sólo tres veces en el registro de visitas.
Por lo extraña de la situación la madre del niño le revisa el computador a quien hasta entonces aún era su pareja, encontrando que él efectivamente había pedido los cinco días legales para estar con su hijo pero que los había ocupado para salir de viaje con otra mujer, una colega de la municipalidad.
Al llegar a la casa que ambos tenían en Rauquén, Juica es encarado por la mujer debido a su infidelidad. En la discusión, asegura ella, él le reconoce lo sucedido, y agrega además que es algo ya sabido incluso por los mismos compañeros de trabajo de él. En la confrontación Juica también agrede físicamente a la mujer para luego irse del lugar en su vehículo.
Luego de este episodio ocurre la primera denuncia a Carabineros, quienes le aplican a la mujer una pauta de evaluación de riesgo, instrumento que se utiliza con víctimas de violencia intrafamiliar en un contexto de pareja (PUIR), la que a pesar de los golpes arrojó un resultado bajo, y que por lo tanto no le significó ninguna medida cautelar para el agresor.
A los tres días él se termina de ir de la casa, ahí empezaron las amenazas. “Te vas a morir de hambre”, “te vas a quedar en la calle” o que iba a hacer una denuncia ante el Ministerio de Educación para que no pueda seguir trabajando (ella es profesora), eran el tipo de cosas que le decía por teléfono.
Todo esto fue hasta el pasado martes 16 de julio, cuando Juica fue a ver a su hijo a la casa que tenía con su ex pareja. Una sobrina pequeña de ella escucha un ruido extraño en la cocina y se acerca a ver, ahí se encuentra con que Juica, un hombre de casi dos metros y 100 kilos de peso tiene ahorcada a su tía de un metro sesenta contra la pared.
La niña de 13 años se aleja despacio para que no se den cuenta y va a contárselo a la hija mayor de su tía que estaba siendo agredida, de apenas 14 años. Entre las dos llaman a Carabineros y de paso también a la mamá y hermana de la víctima, quienes parten de inmediato a la casa.
Al llegar, la mujer estaba con claros signos de haber sido violentada, los ojos hinchados y el cuello rojo, así que increpan a Juica durante poco más de dos horas, tiempo que se tardó Carabineros en llegar al lugar.
Al menos Juica nunca se enteró que habían llamado a Carabineros, por lo que al llegar, para más sorpresa para él, esta vez sí se lo llevaron detenido. Mientras tanto, la sobrina pequeña que vio todo esto tuvo que ir acompañada de un adulto a prestar declaraciones.
La audiencia quedó fijada para el día siguiente a las 9 de la mañana, sin embargo él no se presentó, y no por desacato, sino porque ni siquiera lo llamaron, no estaba en “la lista” de los que tenía que estar ahí. Lo liberaron la noche anterior.
Esta fue la gota que rebalsó el vaso, y provocó que varias mujeres empatizaran con este caso para ir a manifestarse afuera de la Municipalidad de Sagrada Familia el jueves pasado.
Osvaldo Jorquera, alcalde de Sagrada Familia, pidió juntarse con la víctima de las agresiones, quien quiso ir acompañada de su hermana. Ahí le comentan que Juica usaba recursos municipales para su uso personal, que es un violentador usual de mujeres, entre otras cosas, todo con el objetivo de que considere sacar a Juica de su cargo.
A esto Jorquera les responde que él autorizó el uso de la camioneta, que el tema debe verlo la justicia, y que en definitiva se niega a despedir a Juica. El razonamiento del alcalde para negarse a despedir a Juica es el siguiente: Si lo despide, le estaría haciendo un favor a Juica, porque si no tiene trabajo, tampoco tendría dinero para darle a su ex pareja para su hijo.
Nuestra fuente afirma que las aspiraciones de Juica son seguir ocupando cargos públicos, por lo que es necesario que se sepa quién es realmente esta persona que ha ejercido todos los tipos de violencia contra su ex pareja: económica, física, psicológica, y hasta la amenaza de quitarle al niño.
Desde la familia de la víctima la pregunta es, ¿a qué se debe este respaldo incondicional que tiene el alcalde con Juica?, tema que se intentó tocar en el concejo municipal el miércoles pasado pero que no tuvo resultado.
Y en respuesta a la razón del alcalde para no despedir a su administrador municipal, aseguran que lo que buscan no es dinero, sino que éste se pronuncie al respecto, que se desvincule a Juica del municipio, y finalmente justicia.
De lo contrario, advierten, las manifestaciones van a continuar, si se tiene que hacer el caso más mediático lo van a hacer, y si se tiene que llegar a la Seremi de la Mujer en Talca van a ir.
Desde Crónica Curicó Noticias intentamos contactarnos con el alcalde de Sagrada Familia, Osvaldo Jorquera, sin embargo no obtuvimos respuesta.