Sin duda el ganar es siempre una alegría que llena el alma, sobretodo cuando no vienes bien en la tabla, necesitan de manera urgente sumar puntos para alejarse de los últimos lugares y te toca jugar con uno de los grandes y ganas el partido.
Hoy Curicó Unido hizo un partido redondo. Manejo los tiempos, presionó, incómodo, tuvo el balón y lo mejor es que mostró deslucido al cuadro cruzado.
Estéticamente fue un partido para mostrarle a las series menores. El Coto Ribera se nota que estudió muy bien a los de Holan, ya que bloqueó las subidas de Aravena y Tapia, pobló un mediocampo con Nadruz, Sandoval, Zavala, De La Fuente, Leiva y Castro no dejaron moverse a Saavedra y Rovira.
Hasta que llegó el premio del primer gol, en la cual en una jugada que a simple vista se veía intrascendente Yerko Leiva sacó a relucir lo mejor de su repertorio y le robo un penal a Kagelmacher. Fue así como Castro se paró frente al balón e hizo estallar a los cerca de tres mil curicanos. Pero los albirrojos no dejaron de presionar hasta que llegó la viveza de Zavala que al ver que Saavedra quedaría corto en un pase se adelantó y se quedó con la pelota hasta enfrentarse a Peranic, solamente tuvo que entregársela nuevamente a Castro que aseguraba el triunfo de los curicanos.
Ahora hay que viajar a Santiago para enfrentar a Audax Italiano y tratar de seguir en la senda del triunfo.
Pero como siempre se dice en el fútbol, cuando pierdes no eres el mejor, así cuando ganas no eres el mejor.
Por eso la pelota en el piso y pongamos un CABLE A TIERRA.
Pepe Arcos
Comentarista Deportivo.