Por Gonzalo Vial Luarte, director ejecutivo Fundación Huella Local
Tras los resultados de las últimas mega-elecciones, muchos expertos y analistas han concluido que los grandes triunfadores han sido los independientes. El asomo de nuevas representaciones, más cercanas a los territorios y con menos vinculación con las elites políticas que han dominado desde hace más de treinta años, también quedó en evidencia el pasado 15 y 16 de mayo.
En las elecciones municipales se presentaron 1.580 candidaturas para alcaldes/alcaldesas, número que se incrementó en un 23,3% respecto de las elecciones anteriores. ¿A qué podemos atribuir esto? Existen varios factores que podrían explicarlo. Desde la mirada constitucional, existen dos modificaciones que influyeron en alguna medida; el nuevo sistema electoral que marcó el fin del sistema binominal; y en segundo lugar, la entrada en vigencia en julio de 2020 de la ley que establece un límite a la reelección de diputados, senadores, alcaldes, concejales y consejeros regionales.
Estos cambios en las normas sumado al estallido social, vino a empoderar a una ciudadanía ávida de participación y promovió la irrupción de candidaturas independientes. De acuerdo a los registros del Servel se inscribieron 566 candidatas y candidatos independientes a las alcaldías, resultando electos 106, 30,7% del total de comunas del país. El resultado se duplicó en relación a las municipales del 2016. Nuevos rostros también asoman como jefes/as comunales, promovido por la ley que se promulgó el año pasado, ya que el próximo 28 de junio asumirán 197 nuevos alcaldes y alcaldesas, lo que representa el 57% del total de municipios.
En el contexto actual no son pocos los desafíos del mundo municipal. En primer lugar, deben seguir siendo un actor activo en el control de la pandemia y la necesaria aceleración del proceso de vacunación. En segundo lugar, posicionar a los gobiernos locales como el principal ejecutor estatal del programa de reactivación económica comprometido por el gobierno, el cual esperamos contemple inversión en infraestructura y equipamiento con alto impacto social y con pertinencia local. En tercer lugar, promover un nuevo diálogo con los gobernadores regionales electos, de modo de coordinar acciones de desarrollo territorial con una visión integral y menos fragmentada.
Sumado a esto, debe existir un trabajo conjunto para cimentar un desarrollo más equitativo en los distintos territorios y promover un efectivo proceso de descentralización en el país de cara al debate constituyente. En el modelo actual, los municipios escasamente cuentan con medios para generar recursos propios, además, las transferencias de financiamiento realizadas a través del FCM son insuficientes. Chile es el país más centralizado de América Latina y de la OCDE, si bien hay un avance importante con la elección de gobernadores regionales, creemos que hoy es el momento del mundo municipal. Esperamos que los nuevos rostros, sumada a la experiencia de quienes han sido reelectos, logren mancomunadamente sostener una agenda para relevar el desarrollo local que tanto se requiere.