Columna de opinión: “La asociatividad puede cambiar el mercado de las cerezas”

Por Antonio Walker, Técnico Agrícola, candidato a Constituyente Distrito 17.

 

Este año tras la denuncia de un laboratorio chino, que afirmaba haber encontrado trazos de Covid-19 en una caja de cerezas cuyo proveedor era Chile, se generó una gran alarma en el mercado, dejándonos prácticamente seis días sin venta de cerezas y produciéndonos un gran traspiés.

 

No obstante, es imposible que este virus se transmita por la fruta, dado que tiene una cadena de frío y un transporte de más de 30 días a cero grados, en el que está comprobado técnica y científicamente que el fruto no es portador ni propagador del virus.

 

La situación afectó gravemente a los exportadores del país, produciendo un alto stock y una baja considerable en los precios, incluso para esperar retornos negativos en alguno de esos días.

 

Esta piedra en el camino dejó un sabor amargo en la temporada de cerezas, cuya especie tiene cerca de 55 mil hectáreas plantadas, una estimación para la exportación -de este año- de 67 millones de cajas de frutas y que iba a poder vender cerca de 1700 millones de dólares. A su vez, es una especie que está generando una tremenda cantidad de empleos y otorgando bienestar a muchas personas a través de una remuneración digna, que entrega entre 50 mil y 100 mil pesos líquidos diarios en una jornada de trabajo de 06.30 a 14.00 horas. Además, es una cosecha que se realiza entre Navidad y Año Nuevo, cuando suele haber una mayor necesidad. Y es una actividad que está generando mucho desarrollo, especialmente en el Maule, que es la principal región en producción de cerezas.

 

Quiero destacar que este año fue el Covid-19, pero otro año puede ser un insecto o un problema político con China. Y aquí viene una enseñanza muy importante, tenemos que sacar las lecciones aprendidas de esta temporada en un producto que cada día adquiere más relevancia desde el punto de vista económico y social, especialmente para la región del Maule.

 

Mi llamado es a unirnos, a asociarnos para salir a competir a los grandes mercados. Tenemos que abrir nuevos mercados, diversificar el riesgo y aumentar el portfolio conquistando Europa, Estados Unidos, América Latina, el Sudeste asiático, entre otros. Aunque vendamos el producto a un precio más bajo, tenemos que ampliarnos.

 

También tenemos que unirnos como industria, haciendo una gran alianza público-privada, para autoimponernos ciertas reglas en la calidad y condición de la fruta. Llegó la hora de unirnos entorno a ProChile, al SAG, a la Subsecretaría de Relaciones Internacionales y, entre privados y Estado para sacar las lecciones aprendidas. Pero no puede haber otro año en el que el 100% de la producción se vaya a un solo mercado. Creo que esta es una alerta, una llamada de atención para una industria que sí tiene mucho futuro, donde el producto es de muy buena calidad, condición, calibre y que se adapta al clima mediterráneo que tiene Chile.

 

Por lo que es el momento de la asociatividad, donde debemos fortalecer el Comité de Cerezas que manejan Fedefruta y Asoex porque, seguramente, más adelante producto de lo riesgosa que es esta actividad, tendremos más problemas y no podemos permitirnos depender de un solo mercado, como lo hemos hecho hasta ahora.

 

Hago un llamado a todos los productores de cerezas del Maule, a los pequeños, medianos y grandes, para que nos unamos entorno a un solo objetivo: Aumentar el portfolio del mercado, poner reglas del juego clara y que nazcan del corazón de la industria porque no podemos perder competitividad y, el mejor promotor de este producto es la calidad y condición de la fruta.

 

La cereza tiene alto valor, pero tenemos que tener uniformidad, homogeneidad en lo que estamos exportando. Tal como decía Tom Mathison, un gran productor de cerezas de Estados Unidos: “Esto tiene que ser como una caja de chocolates donde esa caja tenga la misma condición y calidad, no importando la exportadora que comercialice el producto, aquí lo que realmente importa es la marca ´Chile´”.

 




Opinión: Vuelta a Clases: desconexión total

El Gobierno de Chile sigue sumido en la más completa desconexión con la realidad del país y su red educacional. Las recientes declaraciones del Ministro de Economía, Lucas Palacios, parecen demostrar un profundo desprecio hacia la encomiable labor que han desarrollado los profesores durante la pandemia.

 

Ante la solicitud emanada por parte del Colegio de Profesores y de la Comisión de Educación de la Asociación Chilena de Municipalidades de postergar el retorno a clases presenciales para el día 15 de abril, el Ministro de Economía, Lucas Palacios, declaró: “llama la atención que (los profesores) busquen por todas formas no trabajar (…)”. Asimismo, el Senador oficialista Iván Moreira (UDI) sostuvo que “muchos profesores han estado de vacaciones todo el año”.

 

Días más, días menos, declaraciones cruzadas, calendario de vacunación cumplido según lo dispuesto, protocolos al interior de las aulas… La discusión sobre el retorno presencial a clases presenta elementos que no pueden (ni deben) ser obviados. No podríamos afirmar que la educación remota reemplaza a la educación presencial sin tener que caer (casi maliciosamente) en la más profunda deshonestidad intelectual, como tampoco podemos reducir el debate a uno binario: buenos y malos, blanco o negro.

 

El retorno a clases presenciales es indispensable (realidad innegable), entonces ¿realmente los profesores estuvieron de vacaciones?, ¿realmente los profesores no quieren trabajar?

 

La pandemia producto del Covid-19 obligó a profesores a asumir el gigantesco desafío de repensar y resignificar la sala de clases. Los gritos en la sala de clases se reemplazaron por el acople de sonidos producido por los micrófonos abiertos, las sillas donde antes encontraban las caras de los alumnos fueron reemplazadas por las cuadrículas en la pantalla (siempre y cuando tuvieran las cámaras encendidas), las preguntas del final de la clase se transformaron en emails. La resignificación de la sala de clases también supuso una tarea para los profesores, ya que tuvieron que desarrollar rápidamente las competencias necesarias con respecto a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICS), desafío que tuvo que ser asumido rápidamente, incluso por docentes con nula relación anterior con las TICS.

 

En un país en que el 13% de la población no posee conexión a internet, el rol de los educadores no caducó. Un ejemplo claro de lo anterior es el de Maritza Figueroa, profesora de la comuna de El Carmen, quien recorrió más de 150 kilómetros por caminos rurales para dar apoyo académico y contención emocional a sus alumnos. Así, la labor educacional no cesó en ningún momento, al contrario, muchas veces los profesores tuvieron que redoblar sus esfuerzos para entregar los conocimientos necesarios a sus pupilos.

 

Lejos del estado de tranquilidad y paz que entregan las vacaciones, una encuesta realizada por “Elige Educar” indicó que un 77% de los profesores afirmaron estar “estresados” o “muy estresados”. También, el mismo estudio muestra que un 87% reconoció estar agobiado o que un 83% confesó tener problemas para conciliar el sueño.

 

Por último, el 1 de Marzo o el 15 de Abril volverán las clases presenciales en Chile, es un hecho. Otro hecho es el siguiente: los profesores de nuestro país nunca dejaron de trabajar ni se fueron de vacaciones, al contrario, siempre se mantuvieron conectados y pendientes a los desafíos que la pandemia supuso para ellos y sus alumnos, un esfuerzo encomiable que nadie podría desconocer (excepto, quizás, quienes llevan 4 años desconectados del país que gobiernan).

 

MARTIN   VALENZUELA

 

 




Red “PARIR LA VOZ” – ALERTA NEGAR EL ACOMPAÑAMIENTO, ES INCUMPLIR LA LEY

 

A la fecha de hoy, el Hospital de Curicó, incumple con la ley y con los instructivos procedentes del MINSAL, entregados durante el mes de junio del año en curso, en pleno peak de la pandemia mundial por Covid 19, y que indican explícitamente que las mujeres gestantes, tienen derecho a ser acompañadas por una persona, tanto durante el trabajo de parto, como durante el parto mismo.
En la práctica, contamos con denuncias, de que en el Hospital de Curicó, el acompañamiento es negado y en el mejor de los casos, es permitida la entrada de acompañante, SOLO durante el parto mismo.

 

Es probable que el argumento institucional, sea el declarar que: “son casos aislados”.

Ante esa respuesta, declaramos categóricamente que aunque fuese un solo caso -que sabemos, no es la realidad- NEGAR EL ACOMPAÑAMIENTO, ES INCUMPLIR LA LEY, y con eso, por cierto, ignorar la evidencia científica, que demuestra los beneficios del acompañamiento, no solo para la paciente, sino que inclusive, para los equipos de salud (sensación de seguridad, disminución de dolor, facilitación de la progresión del parto, contención, comunicación, entre otros)

No da lo mismo, especialmente dado el contexto de pandemia en el que estamos, que las mujeres sean vulneradas en sus derechos. La forma de nacer importa, ya que impacta la salud integral, tanto de la diada madre-hij@, y su entorno.

Negar el acompañamiento, en medio de la pandemia, no está considerando el impacto en la salud mental materna, y los GRAVES efectos que esto tiene en el desarrollo de los bebés. Es imperioso que se comprenda que cuidar la experiencia de la madre como cuidadora principal, es cuidar la salud del bebé y por ende una inversión en el amplio sentido de la palabra a corto, mediano y largo plazo.

En consideración a todo lo anterior, hacemos un serio llamado, al Hospital de Curicó, a respetar:

– Ley 20.584 de “Derechos y Deberes que tienen las personas en relación con acciones vinculadas a su atención en Salud”, de la que se están saltando el cumplimiento del derecho a la seguridad en la atención de salud (Párrafo 1), al ignorar las disposiciones que la autoridad en salud dictaminó, específicamente sobre cómo deben operar los equipos de salud en pandemia, al realizar estas atenciones. Así como evidentemente el derecho a tener compañía (Párrafo 4), principal tema en cuestión.

– Por otra parte, dar cumplimiento a las “Orientaciones para el manejo de casos Sars-Cov 2 (Covid 19) en gestantes, puérperas y/o diadas”, que complementan lo previamente indicado en las “Recomendaciones para la atención de puérperas, niños y niñas, respecto de factores de riesgo de morbilidad materno infantil y su salud mental en pandemia COVID 19”, donde tenemos por ejemplo que, respecto a la atención durante el trabajo de parto (pre parto) “la sospecha o confirmación de COVID-19 no modifica el manejo obstétrico estándar” y más específicamente, respecto al acompañamiento indica que: “se debe mantener el acompañamiento significativo (1 persona sana, durante el trabajo de parto), manteniendo las precauciones estándar más aislamiento de contacto, respiratorio y gotitas”. Este instructivo, también indica “contacto piel a piel en el caso de las gestantes sospechosas o confirmadas COVID-19”. Este punto es relevante, ya que implica al acompañante significativo en caso de no poder la madre hacer contacto “si no se realiza contacto piel a piel con la madre, se podrá realizar con el acompañante significativo sano, elegido por la usuaria”

El acompañamiento es un derecho fundamental, por lo que NO se justifica bajo ningún argumento su obstaculización o negación.
Reiteramos el llamado al Hospital de Curicó, a cumplir con las normativas, e interpelamos a las autoridades a hacer su trabajo fiscalizador y sumarse a exigir que se cumplan.

PÍA BECERRA
Psicóloga Clínica
Especialista en Psicoterapia en Violencia Obstétrica
Integrante Red Parir la Voz y Red Chilena de Salud Mental Perinatal
Voluntaria del Observatorio de Violencia Obstétrica de Chile




De la urgencia de investigar penalmente el Suicidio más allá de la no intervención física  de terceros

Hace unos días atrás, se publicó una escueta nota de prensa sobre el lamentable suicidio de un Fiscal de Talcahuano, acontecido en los baños de la propia Fiscalía.
Al parecer no hubo carta de despedida, no había indicios de depresión aparente o algún indicador de riesgo o  ideación suicida entre sus más cercanos.
Al no haber habido intervención física de terceras personas y al carecer el código penal chileno que data de 1874, de tipos penales idóneos y actualizados en tales  dolorosas  circunstancias, como son por ejemplo, la inducción psicológica al suicidio, falta a la integridad física, moral y emocional con sujeto activo y pasivo universal y de la omisión del especial deber de cuidado, de quienes  se encuentran en una posición de garante de Derechos, que son por  cierto  tipos penales que existen en varios países de Hispanoamérica y Europa;  se hace razonable pensar  que la carpeta investigativa penal y forense, se va a cerrar , sin haber identificado posibles  responsables que hayan por omisión o por acción evitado prevenir la garantía de la protección jurídica del derecho a la vida y de la integridad personal.
En consecuencia, el fallecimiento de un Fiscal de la Rep’ublica  de Chile, quedará inconcluso, cómo lo fueron también  el suicidio del joven dirigente sindical de los pescadores  de Quintero y de muchos otros  activistas y promotores de Derechos Humanos a lo largo del país, incluyendo   el de la joven mimo durante  el estallido social en Santiago  y los numerosos suicidios de personas vulnerables que se encuentran bajo la tutela del Estado, incluyendo la Red SENAME.
Al no contar Chile con un código penal propio del siglo 21, el suicidio  podría llegar a convertirse en un limbo  de la impunidad penal, en especial hacia  quienes  tienen el deber legal de actuar de inmediato y de oficio ante cualquier hecho que afecte la protección del Derecho a la Vida y de la integridad física, moral y emocional.
Al carecer el suicidio de tipos penales  en Chile,   las declaraciones tomadas al grupo cercano a la víctima  es voluntaria y aleatoria y al no hacerse las declaraciones mediante un sistema de video grabación, se da un amplio margen a sesgos investigativos y preconcepciones sociales, culturales y psicológicas de la presunta causa del fallecimiento.
Por lo que se hace urgentemente necesario actualizar el código penal chileno, en lo referente a los delitos de naturaleza omisiva de quienes se encuentran en una posición de garante de derechos  y de especial deber de cuidado, como de la urgencia de crear  una magistratura penal especializada en muertes indeterminadas, incluyendo el suicidio, que cuente con personal investigativo y forense especializado en analizar posibles negligencias individuales e institucionales que hayan sido coadyuvante del fallecimiento de la víctima.
En varios países europeos, existen el informe del Coroner y la Magistratura del Coroner que permite sancionar administrativa y penalmente las negligencias en el especial deber de cuidado de las muertes indeterminadas y fallecimientos  de naturaleza sospechosa u omisiva, lo que permite hacer justicia póstuma y reparación efectiva a las víctimas, en especial de los familiares más cercanos.
Myriam del Canto Segovia 
Trabajadora Social
Universidad Complutense de Madrid.
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CESANTÍA: El fantasma de los dos dígitos se hace realidad

Después de 16 años vuelven los números rojos a la economía nacional, aquellos números que hicieron en su momento tomar determinaciones a la autoridades de turno cuando la cesantía llegaba a los dos dígitos activando de esta manera los llamados «Programas de empleos de Emergencia»
La pandemia que vive Chile el día de hoy sumado a eso la situación vivida luego del 18 de octubre del año pasado son factores importantes en los dos números porcentuales que marca la cesantía que en cantidad de personas desocupadas llega las 940 mil personas sin trabajo registradas por el INE.
La tasa de desocupación nacional durante el trimestre marzo-mayo de 2020 fue 11,2%, incrementándose 4,0 puntos porcentuales (pp.) respecto a igual período del año anterior.

De acuerdo a la información recogida por la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el trimestre marzo-mayo de 2020 la tasa de desocupación alcanzó 11,2%, siendo la más alta en toda la serie desde 2010, registrando un ascenso de 4,0 pp. en doce meses. Por su parte, los desocupados crecieron 35,1%, incididos únicamente por los cesantes (44,3%).

La tasa de desocupación ajustada estacionalmente fue 11,0%, siendo 2,0 pp. superior a la del trimestre móvil anterior, como consecuencia del decrecimiento de la fuerza de trabajo (-7,4%) y la contracción de los ocupados (-9,4%).

En doce meses, las tasas de participación y ocupación se situaron en 53,6% y 47,6%, contrayéndose 9,2 pp. y 10,6 pp., en cada caso y registrando los niveles más bajos de toda la serie.

En tanto, la población fuera de la fuerza de trabajo aumentó 27,4%, influida por personas que en su mayoría no estaban buscando un empleo, pero estaban disponibles para trabajar, conformando la denominada fuerza de trabajo potencial. Este mayor tránsito hacia la inactividad se debería a las restricciones de movilidad por la pandemia de COVID-19, lo que ha implicado que las presiones sobre el mercado laboral (alza de la desocupación) sean menores.

La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó 28,1%, con un aumento de 14,5 pp. en el período. En los hombres se situó en 24,5% y en las mujeres en 32,7%.

Los ocupados totales tuvieron una disminución de 16,5%, incidida tanto por las mujeres (-19,8%) como por los hombres (-14,1%). Por su parte, los ocupados ausentes, que representan el 15,4% del total de ocupados, aumentaron 149,8%, equivalente a 689.278 personas. Los trabajadores acogidos a la Ley de Protección al Empleo se encuentran en esta categoría.

La reducción de los ocupados fue influida por comercio (-19,4%), alojamiento y servicios de comida (-42,4%) y construcción (-23,1%), sectores fuertemente impactados por la contingencia nacional que ha impedido el normal desarrollo de las actividades económicas. En tanto que por categoría ocupacional, los mayores retrocesos se observaron en los trabajadores por cuenta propia (-29,5%) y los asalariados formales (-8,4%).

La tasa de ocupación informal se situó en 23,5%, con un retroceso de 3,9 pp. en doce meses.

En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados descendió 27,0%. De igual modo, el promedio de horas trabajadas decreció 12,5%, llegando a 33,6 horas.

A nivel regional, se destaca la Región Metropolitana, en donde la tasa de desocupación del trimestre marzo-mayo de 2020 fue 11,9%, expandiéndose 4,5 pp. en doce meses. El alza del indicador fue influida por el retroceso de la fuerza de trabajo (-10,6%), vinculada a la contracción de 15,0% de los ocupados. En tanto, los desocupados aumentaron 43,6%, impulsados por los cesantes.

En el contexto de la contingencia generada por la pandemia de COVID-19 en Chile el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha adoptado, a contar de marzo de 2020 y hasta que las condiciones lo permitan, una serie de medidas para dar continuidad a la recolección de datos de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE). Estas medidas se reflejan en la nota técnica que acompaña las publicaciones de estos boletines.

Debido a que las condiciones están cambiando rápidamente, el INE se encuentra monitoreando constantemente los elementos de recolección y metodológicos para seguir incorporando las recomendaciones de organismos internacionales (CEPAL-OIT) y las buenas prácticas de otras oficinas nacionales de estadísticas.

Fuente: INE




DEL MIEDO A UNA PANDEMIA AL MIEDO A LAS LIBERTADES

 

  ¿No estaremos transitando de una OMS de salud a una OML de Libertades diversas?


1.- La humanidad debido a la pandemia del covid-19 ha vivido la mayor falta de libertad de desplazamiento, de culto, de todo tipo de reuniones desde que está en la tierra, con la excepción de la confinación en el Arca de Noé, dirigida por personas que no fueron capaces de anticipar el riesgo en la salud, y que han obligado a tomar  decisiones en materias muy alejadas a ella como: economía, alimentación, logística, seguridad, defensa.

2.- Esta falta de movimiento en cautiverio obligatorio que afecta a millones de personas, sin duda que beneficia a unas pocas, y que esperan activamente su prolongación.

3.- La mayor parte de los trabajadores del mundo -fuerza laboral- están haciendo sus labores regulares en sus puestos de trabajo , vale  decir, miles de millones de personas, en servicios básicos, pesca, minería, producción, policías, etc.


4.- Las personas contaminadas hasta ahora alcanzan aprox. al 0,09% de la humanidad.


5.- Quienes tienen el poder decisional han relegado a aprox. el 99.91% de la población a condiciones nunca antes experimentadas, durante casi medio año con graves e irreparables daños a su salud física y mental de por vida y muchas muertes directas e indirectas no contabilizadas a causa de las cuarentenas, confinamientos, ausencia de atención médica regular a millones de personas y otras medidas restrictivas de la libertad de las personas.


6.- La crisis económica que ha creado la falta de desplazamiento ha generado a miles de millones de cesantes, de emprendimientos y de personas en sus casas, incluso sin alimentos o malnutridos.


7.- Habría que estimar y evaluar si todas estas medidas extremas y anti libertarias – emanadas desde algún poder mundial o local – no producirán  más daño, perjuicio o un impacto negativo en las familias y más fallecidos o enfermos que los del mismo virus de marras. Ninguna de las medidas ha sido consultada a la población y se han aplicado arbitrariamente sin contrapeso de ningún partido político de izquierdas, centros, o derechas, o ente jurídico autónomo, u organización empresarial o de derechos humanos, o asociación de vecinos, consumidores o usuarios, ni opinión crítica de universidades. ¿Será que todos están de acuerdo? Algunos gobiernos – la minoría – sí se han opuesto al confinamiento de sus ciudadanos por las externalidades negativas, que  el tratamiento anti pandémico aplicado tendría sobre su población, mercados, salud, educación y economía y otros.


8.- Por lo que se sabe si las personas respetan la distancia, el lavado de manos y  se protegen la boca, la nariz y los ojos para que no se contagien tiene una mínima probabilidad de que les ocurra.

 

9.- Y como siempre, ¿cuántos son y quiénes responderán por los enormes daños colaterales: antes, durante y después de la pandemia?

 

10.- Como no se está libre de que ocurra,  o hagan ocurrir, otro episodio de esta naturaleza se puede esperar que  dispongan de mejores métodos para anticipar, evaluar, planificar y poner en marcha recursos de manera más modelada, no sujeta a la singularidad de las profesiones tradicionales, donde una de esas es la medicina occidental con un enfoque dominante de enfermedad y no de salud. Pero en la medida que se enfatiza su dominio deja de lado que estos problemas inciertos y complejos requieren necesariamente de un lineamiento que sea integral e intersticial desde el primer momento, para que los daños globales sean más acotados.

 

11.- Todos sabemos que los grandes responsables de los daños que se producen cuando se presentan estas situaciones complejas e inciertas, especialmente a los más pobres y desvalidos y que viven hacinados, son de los miembros de la política y de los gobiernos, que han hecho un pobre trabajo y que posiblemente han preferido otros logros más personales.

 

12.- Los seres humanos nacemos libres y es nuestro derecho inalienable reclamar a todas las personas que han tomado esta decisión, que nos devuelvan la libertad de desplazamiento, de culto, de deportes, de artes y otras que es el primero de los valores y derechos humanos. Esta pandemia ya está de retirada como un escenario muy probable, pero otras y de muy diverso tipo pueden ocurrir. Debemos sacar lecciones y anticiparnos a los tiempos de post pandemia que ya se inician. 

 

Artículos relacionados: 1.- “De la salud actual a una Salud Intersticial”  julio 2019 (Portal Médico face & prensa) 2.- “Cifras pandémicas” abril 2020 (medios) 3.- “Vuelta a la nueva vida en post pandemia” mayo 2020

 

Omar Villanueva Olmedo                                                                                                                          Director OLIBAR Consultores                                                                                                             Interstitial Knowledge’s & Strategies -since 1972-

Lic. Ing. FEN Universidad de Chile                                                                                                                 Team OLIBAR x Responsabilidad Profesional

Preside: Carlos Olavarría A. Ms of Science MIT /Usa




La desescolarización que se viene 

¿Eran más de 100 mil o más de 200 mil los niños, niñas y jóvenes excluidos de la educación en Chile?

Hace poco más de un año esta pregunta copó titulares y pantallas de noticieros, cuando presentamos el estudio “Del Dicho al Derecho: Modelo de Estándares de Calidad para Escuelas de Reingreso”.  Hoy el Ministerio de Educación ha cifrado la exclusión educativa en 187.000 niños, niñas y jóvenes de entre 6 y 21 años.

Pero resulta evidente que la magnitud de la exclusión educativa reportada aumentará considerablemente en los próximos meses a causa de la pandemia y de la consecuente crisis económica y social. Según la UNESCO, el 89% de la población escolar en el mundo hoy se encuentra fuera de las escuelas por contexto COVID-19; en Chile son más de 3 millones y medio de  estudiantes. De este conjunto, muchos, especialmente los hijos de las familias ubicadas dentro del 40% más pobre de la población, están en riesgo de quedar desescolarizados.

Con la necesaria medida de suspensión de clases, las trayectorias escolares de miles de niños y jóvenes que estaban en riesgo de salir del sistema se fragilizan aún más. Los que ya estaban fuera, descartados, ven aún más remota la posibilidad de retomar sus estudios. ¿Quién piensa en terminar la educación básica, cuando no tiene pan en la mesa? ¿O cuando los 40 metros cuadrados de vivienda donde viven 8 personas apiñadas son un revuelo de gritos y malhumor? 

Desde Fundación Súmate proponemos que el Estado se haga cargo de esta problemática ahora, destinando recursos para enfrentarla. Para ello, hacemos dos propuestas concretas: lo primero es diseñar e implementar un plan de contención y desarrollo socioemocional para los niños, niñas y jóvenes que sea puesto en marcha ahora por las comunidades educativas y -al regreso a las clases presenciales- mantenga esos vínculos y fomente el bienestar socioemocional de los estudiantes. Lo segundo es diseñar e implementar estrategias dirigidas a niños, niñas y jóvenes que se sienten alejados o que ya se encuentran excluidos de la escuela. En esto, es clave apurar la creación de una modalidad de reingreso escolar con financiamiento adecuado y estable que permita reintegrar a los estudiantes que van abandonando el sistema por razones económicas y sociales.

El Ministerio de Educación calcula en más de 80 mil los niños y jóvenes que podrían salir este 2020 del sistema escolar debido a la pandemia y a la falta de apoyo social para paliar la crisis. Ante este pronóstico, ¿seremos capaces de hacernos cargo?

 

Liliana Cortés, directora de Fundación Súmate