Inclusión en Educación Superior: Retos y desafíos

En una era donde la igualdad y la diversidad son principios innegociables, la educación superior se enfrenta al desafío de ser un pilar fundamental, en la promoción de la inclusión. Garantizar que todos los estudiantes, sin importar sus habilidades o condiciones, tengan acceso a oportunidades educativas equitativas es crucial para el desarrollo personal y el avance de nuestra sociedad.

Para ello se hace necesario reflexionar regularmente sobre las prácticas inclusivas, las estrategias para enfrentar los desafíos y los obstáculos a resolver no sólo en el acceso equitativo, sino en cómo favorecer una progresión académica efectiva, para todas y todos los estudiantes que ingresan a la educación superior, y no “dejar a nadie atrás”. En este sentido las instituciones de educación superior debemos avanzar y enfrentar los siguientes retos; eliminar las barreras físicas y digitales que impiden la participación de todos los estudiantes, garantizando su accesibilidad. Así mismo, es esencial que cada estudiante pueda demostrar sus capacidades, por lo tanto, es   un imperativo para garantizar la igualdad de oportunidades a través de la implementación de Ajustes Razonables, lo que nos impone además un tremendo reto, al deber alcanzar el cumplimiento del perfil de egreso declarado.

Por otra parte, una educación inclusiva empieza con un equipo comprometido, capacitado y consciente de la diversidad, por ello es esencial generar instancia de capacitación al equipo académico y trabajar permanentemente en la sensibilización sobre la importancia de la inclusión y el derecho de las personas con discapacidad.

Otro tema de gran relevancia es el Apoyo Psico Socio Educativo a estudiantes con discapacidad, no sólo limitarse al ámbito académico, pues los desafíos que enfrentan los estudiantes son diversos y complejos, por tanto, es necesario brindar un apoyo lo más integral posible, en pro del éxito académico. A su vez, es fundamental fomentar la Participación de los estudiantes en todas las facetas de la vida estudiantil, asegurándose que tengan las mismas oportunidades de involucrarse en actividades tanto académicas como extracurriculares.

Finalmente, otro gran desafío que debemos superar como instituciones de educación superior, es la inserción laboral de estudiantes con discapacidad, generando estrategias de apoyo y colaboración permanente entre el mundo laboral y educacional, pues abordar estos desafíos es fundamental para garantizar que el potencial y las capacidades de estos estudiantes sean plenamente reconocidos y valorados en el mercado de trabajo.

En definitiva, la progresión académica de los estudiantes con discapacidad es un aspecto crítico para garantizar una educación equitativa y de calidad. Abordar los desafíos y adoptar estrategias efectivas no sólo mejora la experiencia educativa de estos estudiantes, sino que también promueve una sociedad más inclusiva y justa. Es esencial que las instituciones educativas y la sociedad en general trabejen juntas para asegurar que todos los estudiantes tengan las oportunidades necesarias para alcanzar su máximo potencial y contribuir plenamente a la comunidad.

Bárbara Melo Anabalón, Coordinadora de Progresión Académica INACAP Sede Curicó.




Constitución de un día, casa de pocos

Opinión :

Desde que se instaló la necesidad social y política de contar con una nueva Carta Magna, las frases del buenismo y un encantador republicanismo se instalaron para conseguir una amplia mayoría en el plebiscito de entrada. Tales como “acá construiremos la casa de todos”, “La nueva Constitución será la carta de navegación por los próximos 40 o 50 años” y otros conceptos similares. Estrategia o buenas intenciones, por qué no verlo de esa manera, que dieron sendos dividendos electorales, un impresionante 78% en el plebiscito de entrada.

Así el proyecto constitucional se estableció con un amplio apoyo ciudadano, concurriendo a ello las diversas izquierdas (las más y las menos), el centro político, una buena tajada de la centro derecha y miles de independientes moderados que vieron una salida a la crisis y con esperanza esperarían la “construcción de la casa de todos” a la cual, Chile de norte a sur se mudaría por los “próximos 50 años”. El pías celebró y a lo grande.

Al poco andar, o más bien desde la instalación de la Convención, Chile observó un actuar desprolijo, poco humilde y refundacionista. Las diversas interrupciones en el acto inaugural, los gritos, los machitunes, la polémica por el almuerzo, disfraces, guitarras, plurichile, enfermos que se sanaban, votos desde la ducha y un suma y sigue. A eso se le sumaba que día a día había que explicar, novedosos y desconocidos artículos que eran totalmente ajenos al sentir, a la moderación y la tradición republicana chilena. Plurinacionalidad, asambleas por doquier, cámaras de la regiones decorativa, poder de veto de los pueblos indígenas, once sistemas de justicia, escaños reservados, reducción de juntas de vecinos, goce pero no propiedad sobre viviendas del Estado, indemnizaciones a precio justo y a plazo, un Consejo de la Justicia en vez de un Poder Judicial, territorios autónomos dentro de provincias autónomas y regiones autónomas, derecho a voto de los delincuentes, fin del estado de emergencia, creación de policías civiles y privilegios para algunos según etnia entre otros tantos artículos que día a día había que explicar, interpretar, aclarar, causando confusión.

Así transcurrieron los días, semanas y meses. Y contra todo pronóstico ese solido 78% de cívico entusiasmo nacional, se redujo a un poco más o menos un 35%, según la encuesta que se mire.

Hoy la situación es compleja. Si bien va ganando según las encuestas, el Rechazo por sobre el Apruebo, esto solo en términos nominales. Pues lo que realmente va liderando es un enorme ánimo de reformar, ya sea la constitución vigente o el borrador.
Quieran o no, ya sea los más fanáticos de la convención o los más hinchas del statu quo, el verbo reformar va ganando y por paliza.

Por quienes aprueban se han comprometido a reformar el texto, al día siguiente del plebiscito, los socialistas (PS y PPD), algunos convencionales y hasta el propio presidente Boric, quien nos informó por cadena nacional su ánimo de mejorar el texto a contar del 5 de septiembre.

Por quienes rechazan, la derecha, centro derecha más un importante caudal de centro izquierdistas (Amarillos, ex PS, ex PPD, ex DC, varios DC, ex ministros de la Concertación) y hasta el propio expresidente Lagos quien la dejó boteando en el área, se han comprometido con el cambio a la actual constitución, cambio que ya comenzó de manera unánime en el Congreso nacional.

Y es así como, sin darnos cuenta, la Constitución que pretendía durar 50 años, de aprobarse solo duraría un día, pues como dijo el presidente, con martillo y serrucho las remodelaciones comienzan al día siguiente del plebiscito. Evidenciando que la casa quedó chica, con múltiples defectos, no se pensó para todos y hay que “entrar a picar” para agrandarla.

En suma, existen dos grandes consensos nacionales innegables: El borrador es jurídicamente deficiente, dicho y reconocidos por los del rechazo y la gran mayoría de los que van por el apruebo. Y segundo, gane quien gane, hay que reformar el texto (borrador o el vigente).

A todas luces, y por el devenir de los actores y actrices políticos, este proceso constituyente ha fracasado en sus dos promesas fundamentales, el de ser ampliamente acogedor y a su vez ser longevo. Chile merece una mejor, una más amplia y más fraterna constitución. De eso no hay duda.

Y esta nueva oportunidad debe nacer desde cero, primeramente, bajando los quorum de reforma de la actual constitución y a contar de ello convocar a un nuevo proceso, que nos lleve a una nueva y mejor constitución. Ello se consigue no aprobando el borrador que la inmensa mayoría de Chile considera deficiente. Optar por aprobar el borrador, es partir de un proceso cojo, mal diseñado y que por cierto está protegido por gruesos candados, donde unos pocos tienen las llaves. Parafraseando en parte a un analista político, aprobar el deficiente borrador constitucional, es como “subirse a un avión con un motor bueno y otro a malo, pero con la promesa que se empezará a arreglar después del primer vuelo”.

.Francisco Sanz




 Columna de opinión: “La asociatividad puede cambiar el mercado de las cerezas”

Por Antonio Walker, Técnico Agrícola, candidato a Constituyente Distrito 17.

 

Este año tras la denuncia de un laboratorio chino, que afirmaba haber encontrado trazos de Covid-19 en una caja de cerezas cuyo proveedor era Chile, se generó una gran alarma en el mercado, dejándonos prácticamente seis días sin venta de cerezas y produciéndonos un gran traspiés.

 

No obstante, es imposible que este virus se transmita por la fruta, dado que tiene una cadena de frío y un transporte de más de 30 días a cero grados, en el que está comprobado técnica y científicamente que el fruto no es portador ni propagador del virus.

 

La situación afectó gravemente a los exportadores del país, produciendo un alto stock y una baja considerable en los precios, incluso para esperar retornos negativos en alguno de esos días.

 

Esta piedra en el camino dejó un sabor amargo en la temporada de cerezas, cuya especie tiene cerca de 55 mil hectáreas plantadas, una estimación para la exportación -de este año- de 67 millones de cajas de frutas y que iba a poder vender cerca de 1700 millones de dólares. A su vez, es una especie que está generando una tremenda cantidad de empleos y otorgando bienestar a muchas personas a través de una remuneración digna, que entrega entre 50 mil y 100 mil pesos líquidos diarios en una jornada de trabajo de 06.30 a 14.00 horas. Además, es una cosecha que se realiza entre Navidad y Año Nuevo, cuando suele haber una mayor necesidad. Y es una actividad que está generando mucho desarrollo, especialmente en el Maule, que es la principal región en producción de cerezas.

 

Quiero destacar que este año fue el Covid-19, pero otro año puede ser un insecto o un problema político con China. Y aquí viene una enseñanza muy importante, tenemos que sacar las lecciones aprendidas de esta temporada en un producto que cada día adquiere más relevancia desde el punto de vista económico y social, especialmente para la región del Maule.

 

Mi llamado es a unirnos, a asociarnos para salir a competir a los grandes mercados. Tenemos que abrir nuevos mercados, diversificar el riesgo y aumentar el portfolio conquistando Europa, Estados Unidos, América Latina, el Sudeste asiático, entre otros. Aunque vendamos el producto a un precio más bajo, tenemos que ampliarnos.

 

También tenemos que unirnos como industria, haciendo una gran alianza público-privada, para autoimponernos ciertas reglas en la calidad y condición de la fruta. Llegó la hora de unirnos entorno a ProChile, al SAG, a la Subsecretaría de Relaciones Internacionales y, entre privados y Estado para sacar las lecciones aprendidas. Pero no puede haber otro año en el que el 100% de la producción se vaya a un solo mercado. Creo que esta es una alerta, una llamada de atención para una industria que sí tiene mucho futuro, donde el producto es de muy buena calidad, condición, calibre y que se adapta al clima mediterráneo que tiene Chile.

 

Por lo que es el momento de la asociatividad, donde debemos fortalecer el Comité de Cerezas que manejan Fedefruta y Asoex porque, seguramente, más adelante producto de lo riesgosa que es esta actividad, tendremos más problemas y no podemos permitirnos depender de un solo mercado, como lo hemos hecho hasta ahora.

 

Hago un llamado a todos los productores de cerezas del Maule, a los pequeños, medianos y grandes, para que nos unamos entorno a un solo objetivo: Aumentar el portfolio del mercado, poner reglas del juego clara y que nazcan del corazón de la industria porque no podemos perder competitividad y, el mejor promotor de este producto es la calidad y condición de la fruta.

 

La cereza tiene alto valor, pero tenemos que tener uniformidad, homogeneidad en lo que estamos exportando. Tal como decía Tom Mathison, un gran productor de cerezas de Estados Unidos: “Esto tiene que ser como una caja de chocolates donde esa caja tenga la misma condición y calidad, no importando la exportadora que comercialice el producto, aquí lo que realmente importa es la marca ´Chile´”.