El desafío de emprender en tecnología siendo mujer en Chile

Solo el 5% de las startups tecnológicas en Latinoamérica son fundadas por mujeres. En Chile, se trabaja para revertir esta brecha con educación, referentes y políticas que impulsen un ecosistema más inclusivo.
Santiago, abril de 2025.- Mientras el ecosistema de emprendimientos tecnológicos en Chile crece impulsado por la digitalización, el acceso a nuevos mercados y la adopción de inteligencia artificial, las mujeres siguen estando subrepresentadas. Menos del 30% de los puestos en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son ocupados por mujeres, y solo el 5% de las startups tecnológicas de la región han sido fundadas por ellas.
Esta baja participación responde a múltiples factores estructurales: falta de referentes, sesgos en la inversión y barreras culturales que comienzan en la infancia. A esto se suma un dato clave: el 91% de quienes toman decisiones en fondos de capital de riesgo son hombres, lo que limita el acceso a financiamiento para proyectos liderados por mujeres.
“Las mujeres hemos sido educadas para ser perfectas, no valientes. Desde pequeñas nos enseñan a no ensuciarnos, a no correr riesgos, y eso se traduce en cómo enfrentamos el mundo laboral y el emprendimiento. Por eso necesitamos cambiar la narrativa desde la base”, afirma Marina Tannenbaum, directora de ACTI y fundadora de APLAID.
Además de visibilizar el problema, organizaciones como ACTI están tomando acción. La asociación cuenta con un directorio compuesto en un 40% por mujeres y una Mesa de Mujeres ACTI que promueve iniciativas concretas para impulsar la participación femenina en tecnología. Estas acciones incluyen mentorías, redes de apoyo, articulación con fondos de inversión y políticas públicas.
“No se trata solo de cuotas. Se trata de visibilidad y referentes. Yo misma, cuando comencé, sentía que tenía que liderar como los hombres para ser tomada en serio. Hoy sé que lo femenino aporta una mirada distinta, y eso es tremendamente valioso para los directorios y la innovación”, comenta Tannenbaum.
Con este panorama, el llamado desde ACTI es claro: apostar por la equidad de género en emprendimientos tecnológicos no es solo una cuestión de justicia, sino también de competitividad y futuro.