Junio es el mes del orgullo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), y un buen momento para ver lo que ha sido la implementación de la Ley de Identidad de Género desde su puesta en vigencia en noviembre de 2019.
Pero primero, la identidad de género se entiende como cada uno se percibe a si mismo, lo que a veces no coincide con el sexo que nos vino de nacimiento ni el nombre que nos pusieron nuestros padres, es ahí donde comienzan las disyuntivas internas. Sin embargo esto cambió con la Ley 21.120.
Esta ley “reconoce y da protección al derecho a la identidad de género”, lo que permite que cualquier chileno cambie el sexo con el el que aparece en el Registro Civil si así lo desea. Así, esta identidad deberá ser respetada en todos los servicios públicos y privados, además de la cédula de identidad y pasaporte.
Las personas podrán aparecer también en distintos registros oficiales con fotografías que coincidan con su identidad de género, y está la obligación de su reconocimiento y expresión pública de su género, como lo es la interacción social, la forma de vestir y de hablar y las modificaciones corporales. Por cierto la ley permite a menores de entre 14 y 18 solicitar judicialmente la rectificación de su sexo.
En cuanto a las cifras, desde la implementación de la ley exactamente 7.911 personas han cambiado su identidad de género, 4.906 han cambiado de mujer a hombre, y 3.005 de hombre a mujer.
Cabe mencionar que el 2020, el primer año entero con la ley ya puesta en marcha, ha sido el año que más cambios de género ha tenido, con 2.236. Los años siguientes tienen una leve disminución de casos: 2021 con 1.555; 2022 con 1.390; 2023 con 1.804; y lo que va de 2024 con 926.