Según pronósticos, este verano traería consigo temperaturas récord, por lo que es importante tomar medidas de protección, principalmente los adultos mayores, quienes son más propensos a verse afectados por el calor excesivo.
Durante esta época es más común que permanezcamos más tiempo al aire libre que en nuestros hogares, pero si esto ocurre en un período de calor excesivo, los adultos mayores – quienes no son capaces de tolerar cambios bruscos de temperaturas – pueden verse expuestos a cuadros de deshidratación y a un golpe de calor, lo que resultaría extremadamente grave.
Según María José Apablaza, jefa de control y gestión de salud de las residencias Senior Suites, en los adultos mayores la sensación de calor es menor, así como la sensación de sed, llevando a un mayor riesgo de deshidratación, provocando fatiga, dolores de cabeza, boca seca, sensación de mayor sed y cansancio, entre otros.
En el caso de un golpe de calor – donde la temperatura corporal puede alcanzar los 40 grados – las consecuencias pueden ser aún más graves, sobre todo en la población mayor. Entre sus síntomas pueden existir: desorientación, náuseas o vómitos, alteraciones en el pulso, fiebre, entre otros. Si no se recibe atención oportuna, esto puede llevar incluso a un desenlace fatal.
Por estas razones, la especialista entrega ciertas recomendaciones para evitar exponerse a estas complicaciones de salud:
- Evitar exponerse a las altas temperaturas: se recomienda evitar exposición al sol entre las 12.00 y 17.00, ya que aquí se concentran las temperaturas más altas.
- Mantenerse hidratado: beber agua en ciertas proporciones, idealmente entre los 1.500 y 2.000 CC., y no esperar a tener sed para ingerirla. “Se recomienda evitar productos diuréticos como el té y el café, ya que nos pueden hacer perder más líquido. Es bueno buscar otras opciones más atractivas como lo son jugos, helados de agua, infusiones de hierba o jalea”, indica la enfermera.
- Evitar actividad física: en el caso de realizar deporte al aire libre o caminatas diarias, evitar realizarlo en los horarios de mayor temperatura, y que el ejercicio sea ligero y con períodos de descanso.
- Uso de ropa adecuada y protección: vestir de manera cómoda y ligera para evitar aumentos de temperatura. “La ropa debe cubrir bien el cuerpo, con un material ligero, como algodón o lino”, explica Apablaza. Utilizar gorro y lentes de sol, como también protector solar con aplicación frecuente.
- Alimentación: optar por comidas ligeras como frutas y verduras, que ayudan a reponer líquidos perdidos por el exceso de sudor.
- Interior hogar: preocuparse de mantener una temperatura regulada al interior del hogar procurando siempre buena ventilación.