¿Conoces de dónde viene el Bingo?

Bingo, lotería, lotto o loto, quiniela, tómbola, cualquiera sea su nombre, todos hemos escuchado hablar de este juego alguna vez y, más de uno, hemos tenido alguna buena experiencia jugándolo en alguna, feria, kermes, evento benéfico o un casino… pero ¿de dónde viene este juego tan sencillo y divertido y a dónde se remontan sus orígenes?

 

Origen

Cómo muchos otros, se cree que los antecedentes de este juego de azar capaz de comulgar cientos de personas tiene una historia muy antigua, que según dicen, se remonta a la época de los romanos, donde se encuentran indicios de un juego que se jugaba con tablas de madera con grabados que eran sometidas a sorteo. Pero esta versión no es la única; las teorías abundan, ya que a lo largo del tiempo hubo cientos de actividades de ocio que usaban sistemas de reglas similares.

 

Los registros de un antecesor, similar al bingo que conocemos hoy en día, provienen de un juego del continente italiano que en el siglo XVI tuvo el nombre de Il Gioco del Lotto d ‘Italia. Este se jugaba anualmente y consistía en la utilización de bolas numeradas y cartones con números aleatorios que los participantes debían llenar para ganar el premio ofrecido.

 

Este juego fue tan popular que atravesó las fronteras y se instaló en Francia donde, en el siglo XVIII tomó el nombre de Le Lotto; esta variante fue la primera en incluir tarjetas, fichas y el canto en voz alta de los números… y no se detuvo ahí, su éxito se expandió por toda Europa y hasta llegó a usarse con fines educativos en el siglo XIX en Alemania. 

 

ero su llegada a los Estados Unidos fue recién en 1929, donde era conocido con el nombre de “Beano” en las ferias de los pueblos. Pero quien lo dio a conocer a todo el continente no fue sino un vendedor de juguetes llamado Edwin Lowe que, en 1930, tras toparse con este divertimento tan adictivo en una feria de Atlanta, comenzó a distribuirlo bajo el nombre de ¡Bingo!

¿Bingo?

Las versiones sobre el origen de la palabra, al igual que los de juego, son variadas y cada uno agrega algún pequeño condimento al momento clave del renombre. Sin embargo, en lo que todos coinciden es, que la palabra Bingo proviene de un error de pronunciación de la palabra original: Beano (expresión con la que se cantaba al haber completado el cartón). Este sonido nuevo para ese entonces, y tan similar al golpe de una campanita (¡bing!), que surgió de casualidad, fue un antes y un después y así lo entendió el empresario neoyorquino, Edwin Lowe.

Actualidad 

Son tiempos muy diferentes a los se vivían a principio del siglo xx; con la llegada de las nuevas tecnologías y las infinitas posibilidades que ofrece la internet y los teléfonos inteligentes, no resulta extraño que este juego tan popular, y sencillo, encontrara alternativas para complacer las demandas actuales: bingos online, video bingo, apps de bingo, miles de páginas y opciones al alcance de la mano… y todas estas manteniendo el espíritu, las reglas de su versión física, la adrenalina y la emoción que uno puede experimentar jugando en un casino real o un evento de Bingo.